
Cuando vives en la ciudad, aprendes a no dar nada por sentado. Cierras los ojos un momento, o te das la vuelta para mirar otra cosa y aquella que tenías delante desaparece de repente. Nada perdura, ya ves, ni siquiera los pensamientos en tu inteior. Y no vale la pena perder el tiempo buscándolos; una vez que una cosa desaparece, ha llegado a su fín.”
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